Crónica WASTELAND METAL FEST: River Crow + Dawn Of Extinction + Orphans Of Piety + Misers en Sala Na

El pasado 26 de enero, la tarima de la Sala NANA Conciertos se transformó en un árido y espeso yermo, un auténtico torbellino desértico de metal; la primera edición del Wasteland Metal Fest, el cual fue un éxito arrollador en cuanto a afluencia de público -sold out a los pocos días de anunciarse el evento- A continuación, os desvelamos si las expectativas fueron cumplidas por las bandas invitadas y la impresión que dejó en nuestros “oídos rockefortnianos”. No os despeguéis de la pantalla!

Como viene siendo habitual, contaba para el evento con la compañía de mi colega Woody “Rockefort”, creador de nuestro medio, fuimos para la Sala Nana una media hora antes del comienzo de la primera banda Misers; la cual abriría el evento y serviría para calentar motores. La agrupación cordobesa arrancó con “Like you”, tema pegadizo que trataba de aglutinar diversos elementos; voces guturales al corte en los estribillos, riffs contundentes y una línea de bajo que adquirió cierto protagonismo, los cuales pecaron ligeramente de simplistas, aunque funcionaron en su conjunto. La propuesta de metal alternativo de la agrupación andaluza siguió asentándose con temas como “Respeto” o “Tu sentencia”, ambos pertenecientes al último LP de la formación “Tu sentencia”; desde Radio Rockefort destacamos esos riffs menores del tema homónimo, el cual, con toques oscuros y con unas letras muy evocadoras, acompañadas de un efectivo solo arabesco, en concordancia con los orígenes cordobeses de la banda, Steven a la batería y Aaron Pérez en las cuatro cuerdas sostuvieron los riffs de Mini y Rafa del Moral, el cual hizo de frontman encargándose también de las partes vocales de los temas mostrados en Sala Nana. “Antisistemas” y “Cuento Chino” también destacaron sobre la tarima de la abarrotada sala, sirviendo como perfecto calentamiento para lo que iba a suceder después. Buenas impresiones las que dejaron Misers, aunque aún tienen un amplio margen de mejora y de crecimiento.

Más tarde, la formación alicantina, Orphans of Piety, en un ejercicio de potencia abrumadora, subirían los decibelios y la temperatura de toda la sala con una propuesta muy cercana al death metal con una fuerte presencia groovy y con reminiscencias de ciertas bandas de southern metal, unos riffs de infarto, muy pegadizos y con unos cortes realmente definidos, que dotaban al conjunto de una solidez muy a tener en cuenta, apuntalada finalmente por una base rítmica que sacudió la sala sin contemplaciones. Una propuesta muy cercana al sonido de ciertas bandas noventeras de la escena americana, edulcorada con grandes dosis de groove que, lejos de sonar repetitiva o cargante, supuso una enorme brisa de aire fresco.

El show arrancó con “Eternal Curse”, un tema que me gustó especialmente, con un sonido muy afilado y clásico; incluso con ramalazos doom en los patrones rítmicos; los riffs de Galeriun y Pau en las hachas actuaron como una especie de “boceto de acero” en el que Luxus esculpía con sangre las líneas líricas con unos apabullantes guturales. Mención especial al trabajo en los parches de Miky, el cual llevó a cabo una exhibición de precisión, pegada y ritmo, siempre sustentado por González a las cuatro cuerdas. Con “Loved Death”, tras una poderosa intro, el riff principal llega para taladrar nuestros tímpanos, en una más heavy pero apuntalada por unos redobles que, junto a la voz de Luxus, lograron sacudir los cimientos de la sala. “Hearthcrosis” y “Time of Misery”, fueron dos temas que destacaron por sus propios medios; los ingredientes del volátil cóctel: todo un repertorio de riffs afilados como sierras oxidadas, muy contundentes pero muy inspirados. La banda supo conectar con el público aunque no se mostrase especialmente cercana – de todos modos, el estilo que portan tampoco daba pie a ello-. “Path of the victors”, “This fight will never end” y “Bastards” fueron la trilogía de temas que cerraron este espectacular debut de la agrupación alicantina, los cuales ratificaron su buen hacer en el escenario y su brutal propuesta. Indispensable para los amantes del death metal en general y del sonido groove en particular.

Tras esta inyección de adrenalina, Dawn of Extinction, el penúltimo grupo de la noche aparecía en escena a deleitarnos con su particular sonido; resultante de una mezcla de estilos desde el thrash hasta el death con el pretexto de una apuesta por el metalcore presente en todo el concierto. El concierto arrancó con “Looking the other way”, tema muy efectivo, con logrados solos y mastodónticos riffs coronados por la voz gutural de Cristian Juárez que se alternaba con pasajes “limpios”, muy propio de la propuesta -core de la que hacía gala la formación natural de Puerto de Sagunto. “When the sun dissapears” y “Motherfucker”, con un marcado tono de protesta, sonaron realmente bien, gracias a al trabajo de Alexis Gálvez en la batería, Marcos Morales a las cuatro cuerdas y Cristian y Daniel Juárez en las guitarras, mostrando un alto nivel de afinidad entre todos los integrantes de la banda, prueba de las muchas horas de ensayo y conciertos a lo largo de la geografía española.

Otros temas que resultaron ampliamente destacados son “Decadence” y “Everything shall burn”, auténticos trallazos que reventaron cuellos y tímpanos por doquier a propios y extraños en la Sala Nana, auténtica demostración de fuerza, pero no fuerza caótica y desordenada, sino fuerza asentada en una base melódica grandiosa. Finalmente, la banda se despidió con “Apocalypse”, tema que encumbró la actuación de la formación valenciana.

El momento esperado por todos los asistentes había llegado, era el turno de River Crow. La banda natural de La Poblachuela (Ciudad Real), en un ejercicio de maestría, nos tenía preparado un increíble show lleno de sorpresas. La formación manchega mostró su gran estado de forma, fruto de la experiencia adquirida por todos los escenarios de la geografía española en el último año. El salto cualitativo respecto al año anterior resultó muy impactante; los temas de su último LP “No More Redemption”, sonaron de auténtico lujo.

El concierto comenzó con “The Rider”, canción que sirvió para arrancar la fiesta que llegaría en pocos minutos. El tema, que se ha convertido cuanto menos en un himno de la banda, hizo vibrar a todo el público, en cuanto la gibson de Chema comenzó a arrancar sus primeros riffs, se desató la locura. Con “Endless Road”, la histeria comenzó a subir a niveles insospechados, Zapa apuntaló con mucha soltura la carga rítmica a lo largo de todo el tema -exhibiendo un nivel muy alto al igual que un elevado nivel de atención a lo largo de todo el concierto- y Sergio Jiménez derrochó potencia y vitalidad en su trabajo a los parches. Rítmicamente River Crow siempre ha sido una banda con mucha contundencia y personalidad. “Entropy”; con la ya clásica colaboración de Rafa en la guitarra, y “Bleed or Die” fueron una auténtica apisonadora, con un Chope al micrófono desatado, en constante contacto con el público, con la cercanía que lo caracteriza y con una proyección vocal que muestra que ya es un vocalista con bastantes tablas fruto de la experiencia.

La propuesta stoner, con una marcada presencia de groove y sonido southern siguió perpetuándose, edulcorada con la presencia de sorpresas como en el tema “The man who crossed the line”, tema en el que Zapa le cedió el bajo a Rocío, que se atrevió a interpretar las basslines de la canción, pasando Zapa a ocupar las seis cuerdas. Este tipo de sorpresas dotan al show de dinamismo y frescura. Tras este tema, la banda nos regaló “Hell town”, material perteneciente a su próximo trabajo de estudio el cual apunta a ser un álbum brutal en base a la velocidad, frenesí y potencia del tema presentado, todo un filón que puso los dientes largos a los asistentes a la Sala Nana, para el tema, la banda quiso hacer un guiño a sus orígenes y contó con la colaboración del bajista original Dani Ruiz; el cual nos retrotrajo a los orígenes; al EP debut de la banda “Endless Road”.

River Crow se atrevió con una versión de “Mr Crowley”, legendario himno grabado a fuego en la historia del metal compuesto por el mítico guitarrista Randy Rhoads -RIP- y por el atemporal vocalista Ozzy Osbourne y que la banda quiso homenajear de forma particular. María se hizo con el control del micrófono, demostrándonos una vez más sus dotes vocales y lo bien que le iría si fuese la vocalista de una banda con una propuesta similar a River Crow – personalmente, me rindo a su voz, perfecta para este tipo de géneros-. También colaboraron Nacho al bajo y Fernando a la guitarra. El único pero que se le puede poner a la versión fue el momento en el que llegó el primer solo, en el cual se vio realmente apurado al guitarrista invitado, emborronando ligeramente la magnánima grandeza de la pieza original. No obstante, gran versión de la formación manchega. El setlist “oficial” concluye con “Demon´s Show”, uno de los grandes estandartes de la banda actualmente, habiéndose presentado recientemente un espectacular videoclip el cual recomendamos desde Radio Rockefort. Potencia y desgarro, River Crow en estado puro.

Cuando todos pensábamos que el show había llegado a su fin, la banda nos ofreció unos temas que formaron parte del bis los cuales llevaron al público a la histeria colectiva, con momentos que serán recordados durante el paso de los años en la Sala Nana; siendo uno de éstos cuando Chema se subió con su guitarra a la propia barra del bar. Absolutamente brutal e impresionante. Los temas que cerraron esta mágica y brutal noche de metal fueron “Shame on you”; tema clásico de la banda que sonó rejuvenecido e hipervitaminado y el tremendo cover de los todopoderosos Pantera; banda fetiche de River Crow, por un momento Chope exhibió una voz que no tiene demasiado que envidiarle a la del Phil Anselmo, una auténtica pasada, al igual que el desempeño de Chema, al más puro estilo Dime y de Zapa y Sergio en la cadencia rítmica. Broche de oro a una noche inolvidable.